Estos días, estuve leyendo algunos artículos sobre las tutorías virtuales que me llevaron a pensar: ¡qué difícil parece, ser un óptimo tutor virtual! Realmente, hay tantos factores a tener en cuenta y tantas herramientas a dominar para que así sea, que hay que tener muchas ganas y posiblemente hasta más tiempo para dedicarle que a un curso presencial.Lo más difícil debe ser mantener al estudiante motivado, porque al ser todo virtual (compañeros, aula, etc), en principio, los vínculos con el curso son más frágiles. Es decir, es más fácil que el estudiante se sienta solo, y ante la menor dificultad que no sea atendida como él espera, (obviamente, dependiedo de las características personales), posiblemente se sienta desmotivado y la mejor alternativa ante estar en un lugar como si así no fuera, será dejarlo.
En definitiva, creo que hay ciertos aspectos en los que se asemeja a la docencia presencial; en uno de los artículos que leí, entre otros, se mencionaba "(...)reflejar en cada una de sus intervenciones el dominio de la asignatura y la calidez humana dando un enfoque más humanista a este tipo de educación; incentivar la participación reflexiva, critica en los estudiantes en los diferentes foros; generar interrogantes durante las participaciones de los estudiantes(...)". Me parece que la gran diferencia, radica en que un error del docente en una tutoría virtual tiene un costo mucho más alto y más inmediato, justamente, por la fragilidad de los vínculos.
Hasta el momento no he tenido el gusto de tener una tutoría virtual a cargo, o sea que mis opiniones están teñidas de cierta inexperiencia; esta opinión surge a partir de la reflexión y de mi experiencia como estudiante virtual.
Les dejo los vínculos, y les recomiendo el contenido:
